Lo que sigue no es el diagnóstico de un radical. Ni siquiera se trata de una declaración banquetera, hecha sin querer, de manera accidental o improvisada por un político despistado. Es la conclusión electoral, dos semanas después del 1 de julio, del partido con el registro más añejo. Es la calificación que hace de los comicios una institución que en el pasado ha tenido notables aportes a la democracia. Los dos funcionarios más importantes del Partido Acción Nacional dicen que en la elección pasada se presentaron “prácticas fraudulentas” como:

1. El evidente rebase de los topes de gastos en campaña.

2. El rebase de los topes para las aportaciones privadas a partidos.

3. El empleo de mecanismos paralelos de financiamiento.

4. La compra directa de votos.

5. La participación indebida de gobiernos estatales y municipales en la elección.

6. La promoción de candidatos fuera de los tiempos establecidos.

7. El uso de “paquetes integrados” o convenios de publicidad-cobertura en medios de comunicación, como instrumentos para evadir las normas electorales sobre gasto y difusión.

8. El manejo de algunas encuestas de opinión como propaganda electoral.

Estos puntos son apenas el arranque del documento titulado “Acción Nacional. Responsabilidad con México”. Fue signado por Gustavo Madero, presidente del CEN del PAN, y la secretaria del mismo Cecilia Romero, y dado a conocer antier.

Hay que tener mucho humor para titular con la palabra “responsabilidad” un documento que en pocas palabras nos dice que la elección fue un cochinero, pero que deja sus dichos sin sustentar. Puse en negritas algunas palabras de esas frases simplemente para enfatizar (si es que fuera necesario) que de acuerdo con los dirigentes panistas, en la elección (no sabemos si todas pero suponemos que la presidencial, pero no lo aclaran) se cometieron delitos, algunos a manos de particulares, otros por parte de funcionarios públicos y unos más de (suponemos, insisto) el equipo de campaña del ganador. Como puede apreciarse en los enunciados, se trata de vaguedades pues no se especifican lugar, fecha, nombre y apellido o razón social de los autores de esos ilícitos.

Si de verdad creen que eso pasó, el presidente y la secretaria general del PAN deberían haber acudido a Atenco el fin de semana, donde hubo otros grupos que están convencidos de lo mismo.

Si creen que eso pasó pero no lo pueden probar, pues deberían usar su privilegiada posición –son ni más ni menos el partido en el gobierno federal—, denunciar, coadyuvar en las indagatorias, y presentar lo que puedan probar.

Pero si no pueden demostrar (o al menos presentar indicios creíbles) de cada una de esas conductas contrarias a la ley, deberían al menos entender que son unos irresponsables por agitar un ambiente ya caldeado con esas temerarias aseveraciones.

Porque no basta con decir: “el Partido Acción Nacional ha presentado ante las autoridades competentes la evidencia que dispone sobre estos hechos ilegales”. No están realizando una denuncia, están haciendo pública una conclusión que por si fuera poco plantea la ruta a seguir.

Cualquiera podría pedir a los dirigentes panistas que fueran serios, pero si el lector se toma unos minutos para revisar todo el comunicado entenderá que es más bien una puntada, como queda claro cuando anuncian que la “reflexión” que emprenderán sobre la derrota electoral “será breve pero profunda y sus acciones contundentes”. El signo de los tiempos: todo debe ser breve quién sabe por qué. Claro que el chiste sería entender cómo lograrán que a pesar de la brevedad logren profundidad y contundencia.

Para terminar, unas perlas más de ese comunicado. Entre paréntesis mi comentario al respecto:

“Como gobierno federal hemos sido una fuerza trasformadora que a diferencia de los gobiernos priístas, nunca tuvimos mayoría absoluta en el Congreso” (esto lo definió muy bien ayer Carlos Puig como una conducta propia de “chilletas”).

“Aceptamos que hemos cometido errores evitables, pero también denunciamos que la transformación de México pudo ser mayor si la oposición no hubiera escatimado su apoyo a las reformas que nuestro país requiere”. (¿“Errores evitables”? ¿No se llama eso negligencia?).

“Debemos cambiar estructuralmente la forma en la que interactúan la política y los medios de comunicación, terminar con la influencia del dinero extralegal para garantizar la equidad en las contiendas y la libertad del voto y, especialmente, diluir prácticas corporativas y clientelares en la expresión de la voluntad ciudadana”. (Dicho por quienes han sido gobierno 12 años).

“Nosotros no pagaremos al PRI con la misma moneda de la obstrucción legislativa que ellos usaron, porque el pueblo de México sería el mayor perdedor”. (Pero por lo pronto acusan al ganador, a ese eventual aliado para unas reformas por el bien de México, de ocho conductas delictivas).

Nada más que agregar.

Salvador Camarena

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Es periodista y conductor de radio.

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